viernes, 14 de octubre de 2016

Sobre el Nobel a Dylan

Los premios Nobel son otorgados y financiados por una organización privada, que funciona a través de una fundación que especula en bolsa y genera ganancias, pero no paga impuestos (pueden agradecerle al gobierno sueco).
La fundación Nobel tiene inversiones en varios sectores, entre ellos la industria de armamentos, específicamente fábricas como Lockheed Martin, fabricantes de bombas de racimo.
El impacto de las bombas de racimo es tal sobre la población civil, que en 2008, en Oslo Noruega, se firmó la "Convención sobre Municiones en Racimo" por 65 países, que se comprometieron a no utilizarlas en sus conflictos armados.
¿Qué países no la firmaron? Ni Estados Unidos, ni Rusia, ni Israel... pero sí la firmó Suecia. Lo bonito de la fundación Nobel es que aunque tiene base en Suecia, utiliza capital en el mercado internacional, entonces se puede pasar por los huevos esta convención.
Con esto pasamos claramente a delimitar que los premios Nobel no son los premios otorgados por la humanidad a lo más alto de las artes o las contribuciones científicas. Punto.
El debate filosófico había quedado superado desde que en 1964, Sartré les dijo que se podían meter su premio burgués por el culo, aunque el mundo tardó hasta 2003 en darse cuenta que la fundación que otorga el Premio Nobel de la Paz invierte en bombas de racimo (que hasta esta década, sigue usando Israel contra los palestinos). Y sí, les preguntaron si les parecía contradictorio, y sí, contestaron que no.
Superado el punto de si la Academia Sueca representa a la humanidad o a sus inversionistas cuando declara Premios Nobel en Literatura, podemos pasar al siguiente punto.
¿Otorgar este premio a Dylan es transgresor y revolucionario?
Sí, si 2016 fuera 1968. El Rock está ya legitimado, hace mucho que pasó de ser "esa cosa que escuchan los jóvenes para sexualizarse y que sólo dice tonterías". Lo escuchan (hace mucho) los filósofos y los grandes escritores y ya tuvo impacto estético en la cultura.
Dylan tiene la fanbase suficiente para que esto genere una buena polémica de meses (que quede claro que esto se trata de mercados, no de apreciación artística). No así, por ejemplo, Leonard Cohen, que tiene una técnica de escritura (poesía es de lo que hablamos) mucho mejor que la de Dylan, más pulida y lo más importante, con más impacto en cuanto a este género literario, porque él intercala discos con libros de poesía. La cosa es... si se lo das a Cohen la gente primero va a preguntar, "¿quién?". Ese no es el impacto que querían lograr en esta nueva declaración de principios (de nuevo, estamos hablando de mercados).
Respecto a Dylan en lo personal.
El Dylan de la imagen, el que se vende culturalmente, es el Dylan de los 60's, cuando era relevante y su posición tenía algo de contracultura. No el cristiano de finales de los 70's y por supuesto no el cabrón hijo de puta que justifica los crímenes de lesa humanidad que comete Israel desde los 80's.
Así es, el Dylan anti belicista al que admiran, se murió en los 80's. Dylan lleva 30 años apoyando las guerras y los crímenes del estado de Israel.
Dylan es, para términos prácticos y respecto a lo que al mercado gringo corresponde, el anti-Roger Waters. La figura mediática que actúa en la industria, en contrapeso del Boycott cultural a Israel. Tanto que consiguió que los Rolling Stones tocaran en Tel Aviv en 2014.
Y ahora sobre la discusión de fondo que deberíamos estar teniendo: ¿Todo es literatura?
Sí y no.
Sí, la música hace contribuciones literarias. Sí, la poesía de las letras de Dylan son literatura, igual que los guiones de cine o los guiones del arte visual como las novelas gráficas. Sí, Rubén Blades y su post sobre Dylan y su argumento acerca de su propia contribución con su canción-cuento, está en lo correcto.
¿Por qué no?
Porque el arte visual se apoya en el diseño gráfico y en el dibujo, por lo tanto tiene reglas diferentes y cumple criterios diferentes.
Porque la música cumple requisitos melódicos que le permiten a la letra, alargar sílabas o vocales para cumplir la métrica. Porque los criterios técnicos incluyen la melodía.
Tan no se evalúan con los mismos criterios que la Academia Sueca salió a decir que para darle el Nobel "también se valoraron una recopilación de sus escritos y dibujos en 1973". Dude.
En el fondo lo que está culero es que todo el fenómeno mercadológico que genera el Nobel de Literatura sobre la venta de libros y aquello de conocer literatura de otros continentes no va a suceder. El premio es para un músico.
Y rematando con un chiste de Armando: Ahora Peña Nieto puede salir a decir que no ha leído 3 libros pero sí ha escuchado a Dylan. ¡Ja!

Lourdes Lorence Quiñones

viernes, 8 de abril de 2011

Hasta la madre

Los mexicanos estamos hasta la madre de la violencia que vivimos a diario, de las consecuencias de una "guerra contra el narcotráfico" mal planeada y peor ejecutada, de la indolencia de las autoridades, de las muchas realidades que tenemos que enfrentar como resultado de ésto. Por mencionar sólo algunas:

1. En México hay "982 bolsones territoriales de ingobernabilidad, similares a Afganistán, en donde no hay autoridad formal del Estado y la autoridad es el grupo criminal, o bien el Gobierno municipal trabaja o forma parte del grupo criminal." Edgardo Buscaglia.

2. "En México, según diagnósticos de la PGR, sólo en 2010, se lavaron alrededor de 10 mil millones de dólares." Carlos Navarrete, durante la inauguración del Seminario Internacional sobre Corrupción y Lavado de Dinero.

3. "De los 53 mil 174 detenidos por presuntos nexos con el narcotráfico en lo que va del gobierno calderonista, y en los últimos tres años del de Vicente Fox, únicamente 941 pertenecían al cártel de Sinaloa" Edgardo Buscaglia a The Economist.


4. "Desde 2000 un total de mil 680 integrantes de los Batallones de Fuerzas Especiales y los Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales (Ganfes) del Ejército han abandonado las filas militares y están catalogados como evadidos."

5. "Según las cifras del INEGI, sólo en 2008 y 2009 hubo en realidad algo más de 43 mil homicidios" Fernando Escalante Gonzalbo

6. "La guerra contra y entre carteles de la droga provocó el desplazamiento de unas 230,000 personas en los últimos años" Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos.


Todas esas cifras están perdidas enmedio de la tragedia humana, enmedio de la horrible normalización de la violencia, de la inclusión en el lenguaje diario de palabras como "encobijados" y "levantón". Y vino a reventarnos en la cara cuando nos enteramos, el lunes 28 de Marzo, que Juan Francisco Sicilia Ortega, el hijo del poeta y articulista Javier Sicilia había sido asesinado. Torturado y asfixiado, abandonado junto con otros cinco hombres y una mujer, asesinados de la misma manera.

Y nos quedó claro: Ya puede ser cualquiera. Yo, tú, mi hija, tu hermano, quién sea. Todos.

El miedo además crece con la impunidad, con el hecho de que los más de treinta y cinco mil asesinatos adjudicados al narcotráfico en este sexenio no han sido investigados. Ningún consignado por el homicidio de los que Felipe Calderón insiste en transmutar en no-humanos. Gente que por el hecho de pertenecer al crimen organizado (o ser acusados de serlo, porque las autoridades no se preocupan siquiera en probarlo), de alguna manera pierden la calidad de ciudadanos. No hay derecho a la vida, presunción de la inocencia, son la nada.

Y la nada nos vino a comer a todos. Cualquiera de nosotros un mal día, pasando por el lugar equivocado, con una bala perdida, acusados de ser criminales pasaremos a ser parte de esa nada. Se salvan los que tienen oportunidad de ser reclamados públicamente, los hijos de empresarios, la hija de una mujer que gritó de dolor al finalizar el juicio de su asesino (quién fue absuelto por unos jueces que siguen defendiendo su decisión cínicamente), algunos estudiantes de una Universidad privada... y son los menos.

Y los más, vimos como las autoridades trataron de calificar de delincuentes a Juan Francisco y sus amigos. tras el hallazgo de sus cuerpos amontonados en una camioneta, en la ya tristemente llamada "Carretera de la muerte"... que además es irónicamente la más cara de México. Esta vez no. Ya no.

Estamos hasta la madre.

Y salimos a la calle el miércoles, para gritarlo. ¡Estamos hasta la madre!

Hasta la madre del discurso malévolo de Felipe Calderón, que nos acusa de cómplices del narco y nos exige callarnos la boca y dejar de quejarnos porque alejamos el turismo y las inversiones.

Hasta la madre de la complicidad con el crimen organizado de muchos miembros de las Fuerzas Armadas, de los agentes de la Policía Federal, de los Policías Municipales, de los altos funcionarios de la PGR. De todas las instancias ante las que, en lo que solamente puede ser una broma cruel, nos piden presentar nuestras denuncias.

Nos llamó Javier Sicilia, el padre cuyo dolor no tiene nombre. Como él nos lo hizo notar, a las personas que se quedan sin padres se les llama "huérfano", la muerte de un hijo es tan anti natural, que no tiene nombre. "Javier Sicilia / Somos tu familia", gritabamos en la marcha las miles de personas que decidimos alzar la voz.

Aunque probablemente, la consigna más fuerte fue la que inició en las filas del contingente de los estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y que terminó por envolver todas las gargantas: "¿Por qué? ¿Por qué? / ¿Por qué nos asesinan? / Si somos la esperanza / De América Latina".

Y es que en esta mal llamada "guerra", a la que Anabel Ocampo terminó por llamarle de plano "La guerra del gobierno federal contra los cárteles enemigos del Cártel de Sinaloa", las víctimas preferidas son los jóvenes. Víctimas sociales o materiales, ambas.

Víctimas sociales los jóvenes sin educación o trabajo que encuentran en el crímen organizado una manera más fácil de hacer dinero. Víctimas materiales los primeros y los que se encuentran enmedio de las balaceras, caminando en la calle o bailando en el "antro".

De las víctimas del crimen organizado, entre los años 2009 a 2011, dos mil trescientos cinco eran jóvenes de entre 15 y 17 años, según un estudio elaborado por la Red de los Derechos de la Infancia (Redim).

Convocados por el llamado de Sicilia, acudimos a la marcha alrededor de treinta mil personas. Hicimos paradas frente de los cuarteles de la Venticuatroava Zona Militar, la PGR, el Congreso del estado y finalmente el Palacio de Gobierno. Nos detuvimos para escuchar los discursos del poeta a los militares, al Ministerio Público y al gobierno estatal, para mostrar nuestra solidaridad con la causa del padre de un hijo asesinado brutalmente, que es la nuestra, y para que nos escucharan fuerte y claro: Estamos hasta la madre.

Él se quedó en el zócalo en un plantón para exigir justicia en el caso del asesinato de su hijo. La protesta tiene como límite el 13 de Abril. Si para esa fecha no se han presentado a los culpables, se nos convoca a una nueva manifestación, esta vez en la Ciudad de México, para exigir la renuncia del Gobernador de Morelos.

Así erosionaron nuestra paciencia. Este margen de tiempo tienen para demostrarnos que podemos aspirar a la justicia.

Estamos hasta la madre.



Lourdes Lorence Quiñones



Fuentes:

1. "Cárteles controlan casi mil territorios del país, dice experto"
27 de Junio del 2010
Informador.com.mx
http://www.informador.com.mx/mexico/2010/213282/6/carteles-controlan-casi-mil-territorios-del-pais-dice-experto.htm

2. El Narcotrafico lavó 10 mil millones de dolares en 2010 en México
09 de Febrero de 2011
Acento21
http://www.acento21.com/acento/15PP09022011.html

3. "Las cifras y los cárteles" Jorge Alejandro Medellín
07 de Marzo del 2010
Milenio Semanal
http://www.msemanal.com/node/2007

4. "Desertaron en 10 años 1,680 soldados de élite" Víctor Hugo Michel
07 de Marzo del 2011
Milenio.com
http://www.milenio.com/node/663819

5. "Homicidios 2008-2009. La muerte tiene permiso" Fernando Escalante Gonzalbo
Enero 2011
Revista Nexos
Se menciona en el artículo "La muerte tiene permiso, 2"
http://impreso.milenio.com/node/8891095

6. "México: desplazamiento forzado a consecuencia de la violencia de los carteles de la droga" IDCM
Mencionado en el artículo "Los desplazados por la violencia narco en México"
BBC Mundo
29 de Marzo del 2011
http://el-nacional.com/www/site/p_contenido.php?q=nodo/195617/BBC%20Mundo/Los-desplazados-por-la-violencia-narco-en-M%C3%A9xico

jueves, 3 de febrero de 2011

John Ross 1938 – 2011

“Ross, tú sabes que nunca aprendiste cómo ser un prisionero. ¡Pongan eso en mi tumba, camaradas! ‘Él nunca aprendió como ser un prisionero’”. Extracto del discurso de John Ross “La lucha sigue”.

La frase es de uno de los guardias de la prisión federal Terminal Island en San Pedro California, en donde Ross estuvo preso desde Agosto de 1964 hasta Mayo de 1965, por negarse a servir para las fuerzas armadas de su país en la guerra de Vietnam. Fue el primer miembro de la resistencia pacífica en ser encarcelado por negarse a pelear en una guerra injusta y criminal.

Así fue su vida, era un activista social convencido de la inutilidad de la guerra, crítico de su país por las intervenciones militares alrededor del mundo y su política económica depredadora. Admirador de las comunidades indígenas mexicanas y su lucha por el reconocimiento de sus derechos, simpatizante del movimiento Zapatista y acompañante de los esfuerzos democráticos en México en las campañas presidenciales de Cárdenas en 1988 y de López Obrador en el 2006.

En 2005, la Ciudad de San Francisco lo nombró ganador del premio “Upton Sinclair” de la Unión de Libertades Civiles de América, John Ross rechazó el premió y leyó en la ceremonia, un documento, que tituló “La lucha sigue. Dulce venganza en Isla Terminal” ("The Struggle is Never Done. Sweet Revenge at Terminal Island”). La primera parte del título, explica Ross, se debe al grito de lucha en las manifestaciones mexicanas: “¡Zapata vive, la lucha sigue!”.

En este texto, Ross hace un recuento de varias etapas de su activismo, tanto en Estados Unidos como en México. En el mismo, declara: “Yo no era un pacifista. Yo siempre pensé que tomaría un arma para defender a los nuestros, pero no para matar o ser asesinado en una guerra capitalista”. Contó también, que durante una estancia en la celda de castigo, mientras estaba en prisión, logró mantenerse cuerdo repitiendo el mantra del “tío Ho” (apodo cariñoso para el líder vietnamita Ho Chi Minh): “estar encadenado/ es un lujo/ por el cual competir/ los encadenados al menos/ tienen un lugar donde dormir”.

Los meses de encierro fueron duros para Ross, el dentista de la prisión le arrancó varios dientes y le rompió la quijada. También perdió un ojo, debido a la golpiza que recibió de un policía de San Francisco, en la represión de una de las manifestaciones contra la guerra de Vietnam.

John Ross era escritor, poeta, activista y agitador, según lo define su amigo Tim Redmond, del periódico San Francisco Bay Guardian, en donde Ross era colaborador. También colaboró en los periódicos The Nation, CounterPunch, Pacific News Service y el mexicano La Jornada.

Era un apasionado del jazz, perteneció al movimiento literario de los cincuentas “Generación beat”, movimiento artístico contestatario del “establishment” estadounidense que desarrolló un nuevo enfoque para la expresión literaria, que requería un lenguaje honesto, directo, crítico, sarcástico y mordaz. Este movimiento es el antecedente de la contracultura de los sesentas.

Siguiendo los pasos de dos de los más grandes representantes de este movimiento, Allen Ginsberg y William Burroughs, Ross llega a la Ciudad de México el 26 de Septiembre de 1985, justo después del gran sismo. Ahí se relaciona con el movimiento ciudadano de reconstrucción y posteriormente al movimiento de lucha por la democratización del sistema político mexicano y acompaña a Cuauhtémoc Cárdenas en su gira por el país en la campaña presidencial de las elecciones de 1988.

Vivió desde 1985 en la Ciudad de México, en un cuarto del Hotel Isabel, en el centro histórico y por algunas temporadas en Santiago Tzipijo, Michoacán. Viajó a Chiapas en 1994, cuando se reveló a la luz pública el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y escribió varios libros sobre este movimiento.

Ross se hace muy crítico del movimiento zapatista en 2006 (aunque sigue estudiándolo) cuando se organiza La Otra Campaña, pues era un convencido simpatizante del movimiento Obradorista. Denunció el fraude electoral del 2006 en los medios estadounidenses en los que colaboraba, como The Nation y el sitio de internet Democracy Now.

Era un internacionalista. Vuela a Bagdad, la capital de Irán en 2003 para participar como “escudo humano” ante la invasión estadounidense de ese país, sin embargo fue expulsado por Saddam Hussein en respuesta a sus protestas porque el ejército iraní protegía instalaciones de gobierno en lugar de a la población civil. En 2005, después de su discurso en San Pedro California, Ross se encontraba de camino a Estambul para estar presente en las audiencias del Tribunal Mundial para los Crímenes de Guerra en Irak.

Sus correos a su amigo Tim Redmond iban usualmente firmados con alguna referencia a sí mismo. Así, cuando se burlaba de la falta de uno de sus ojos, firmaba “Juan Eye” (juego de palabras para decir en inglés “One eye” que se traduce como “Un ojo”), al momento de su viaje a Bagdad, firmaba “John Ross, escudo humano”, cuando se entera que tiene cáncer hepático terminal firmaba “John Ross, todavía no ha muerto” y en sus últimas correspondencias firmó “En solidaridad John Ross en ruta” (insolidarity johnross enroute).

John Ross muere a los 72 años de cáncer de hígado en la Casa Santiago, una casa de huéspedes en el pueblo de Tzintzuntzan, cerca del Lago Pátzcuaro, dejando un hijo, Dante A. Ross, una hija, Carla Ross-Allen, y una nieta, Zoe Ross-Allen. Según su voluntad, sus restos serán repartidos en Michoacán, la Ciudad de México, San Francisco y Nueva York, su ciudad natal.

Algunos de sus libros son: "Rebellion from the Roots: Zapatista Uprising in Chiapas" (“Rebelión desde las raíces: levantamiento zapatista en Chiapas"), “El monstruo: Dread and Redemption in Mexico City” (El monstruo: Pavor y Redención en la Ciudad de México) “The War Against Oblivion: The Zapatista Chronicles” (La guerra contra el olvido: Crónicas zapatistas).

viernes, 23 de abril de 2010

Los civiles que merecen morir

"Más de 90 por ciento de estos homicidios y ejecuciones, según lo hemos venido catalogando, obedece precisamente a la lucha de unos contra otros, es decir, no son ni siquiera acciones. Ha habido muchos soldados y policías caídos dentro de su deber, pero este es un porcentaje que no llega, por ejemplo, al cinco por ciento de sus muertes" declaraba Felipe Calderón sobre el número de muertes en su "guerra contra el narcotráfico", el mismo día en que las calles de Cuernavaca estaban casi por completo vacías, con la gente en sus casas por el miedo generado por un correo electrónico que amenazaba con violencia entre cárteles y que le advertía a la ciudadanía, no salir de sus casas después de las ocho de la noche.

Calderón no encuentra relación entre estos dos hechos - o no le interesa admitirla - y continúa con el discurso de la necesidad de su estrategia.

Comienza con la falacia de que sólo el cinco por ciento de los muertos son civiles para después contradecirse, diciendo que el porcentaje de soldados y policías caídos en cumplimiento de su deber "no llega al cinco por ciento de esas muertes".

A menos que nos fallen las matemáticas, eso nos deja un noventa y cinco por ciento de civiles muertos. En caso contrario, no nos ha notificado del cambio de la definición de civil en las leyes mexicanas: "que no es militar o eclesiástico".

Escuchamos también hoy al Secretario de Gobernación, decir que "quien quiera paz y vida sométase a la ley. Del lado de la sociedad está la ley, del otro lado hay violencia". El mismo discurso disfrazado de acusación flamígera.

Lo que nosotros escuchamos con esto es que en este país hay dos tipos de "civiles": los muertos por amargas casualidades - "penosas y dolorosas" para el señor Calderón, por supuesto, aunque luego se contabilizan como "bajas colaterales", sin nombre ni investigación, todas resultado de fuego cruzado - y civiles que se merecen morir.

Es preocupante el discurso, pero nos han demostrado con hechos que hay ciudadanos mexicanos que no gozan de las más mínimas garantías individuales, o de acceso a la justicia. ¿Cuántos de los más de veintidós mil muertos en la mal llamada "guerra contra el narcotráfico" han sido investigados? ¿Cuántas personas han sido detenidas y procesadas por la muerte de estos civiles malportados? ¿Qué juez declaró que en realidad eran delincuentes y no fueron falsamente acusados de serlo, como los estudiantes del ITESM o los niños asesinados en Tamaulipas? ¿Cuándo se legisló para volver a permitir la pena de muerte en México?

Escandaloso el caso de José Humberto Márquez Compeán, presunto narcomenudista detenido el 21 de marzo en Santa Catarina, municipio de Nuevo León, por policías municipales y posteriormente trasladado por efectivos de la Marina a un hospital para "atender sus heridas". José Humberto apareció ejecutado el 22 de Marzo en un lote baldío en San Nicolás de los Garza, estando en todo momento bajo custodia de las autoridades.

No hay una explicación coherente para este hecho. Luis Eduardo Murrieta Maya, director de la policía municipal de Santa Catarina, declaró ante el Ministerio Público que el helicóptero de la Secretaría de Marina (SEMAR) que trasladó al detenido al hospital, regresó minutos después para recogerlos y que fue este momento cuando "perdió contacto" con el detenido.

Se contradice la SEMAR con el señor Murrieta, que asegura que sólo lo trasladó al hospital, junto con Marcelo Adrián Lugo Barajas, detenido al mismo tiempo que José Humberto.

Este civil se merecía morir. Eso nos dice la autoridad. Al no estar sometido a la ley no tiene garantizada su vida, y no a través de un "enfrentamiento", sino por una ejecución extrajudicial, así sin más. Sin juicio, sin investigación, sin estorbosos procedimientos legales.

Ni siquiera el escándalo los obliga a darnos una explicación coherente y castigo a los autores de esta brutalidad.

Ante tal escenario - los narcotraficantes con su ley impuesta con las armas y la autoridad decidiendo sin más quién merece vivir o morir y ocupados con retenes y enfrentamientos, pretendiendo que nos defienden - los ciudadanos estamos inermes.

Ninguno de los dos bandos - son bandos, Felipe Calderón no habla de ciudades o de estados, sino de plazas, cual jefe de un cártel - está ocupado de la protección de los ciudadanos o por garantizar la vigencia del estado de derecho.

Por esta misma razón, cuando un cártel amenaza con enfrentamientos y determina que la gente debe estar en sus casas para las ocho de la noche, se hace, sin más. Nadie quiere quedar en medio del "fuego cruzado", o ser agredido por un narcotraficante y poner la respectiva denuncia en el Ministerio Público.

¿La autoridad nos garantiza que los cárteles no tienen informantes en las oficinas de los Ministerios? ¿Que la investigación se seguirá y se detendrá al agresor cuando no se investigan los homicidios?

No, nos quedamos en nuestras casas sin arriesgar la vida por unos u otros.


Lourdes Lorence Quiñones

martes, 30 de marzo de 2010

Calderón, el hombre espectáculo

Al señor Calderón le gustan las cámaras de televisión, le gusta hacer símiles de la política con el fútbol, le gusta "simplificar" los temas para explicarnos de qué se tratan y le gusta saber que el tema que eligió para consolidarse políticamente, es uno sobre el que ninguno de los mexicanos contradecimos el diagnóstico, así es más fácil tratar de convencernos sobre la pertinencia de su estrategia.

La semana pasada nos hizo un resumen muy particular sobre el tema del narcotráfico:
Es como “si un día llegas en la noche, después de trabajar y le dices a tu esposa: mi vida, sabes que aquí, en la cochera, dejé entrar a dos muchachos muy simpáticos. Van a bolear zapatos, no se van a meter con nadie. Ahí me van a dar un porcentajito de las boleadas y no hay problema. Y a los ocho días llegas cansadísimo, te quieres echar un sándwich del refri y ya ves al cuate abriendo el refri. Comiéndose tu sándwich. Híjole, qué le digo. No, mejor no. Ya ves que trae su cuerno de chivo ahí. Al rato te lo encuentras en la tina echando burbujas, en fin. Hasta que te los encuentras en la recámara y vienes a decir: oye, el cuate se está poniendo mi traje y ve tú a saber qué otra cosa. Entonces, la verdad es que mejor no los hubiera dejado entrar”. 1

No es que el señor piense que no entendemos el problema, que no vivimos diariamente el miedo de encontrarnos una balacera, de ser secuestrados, de ver una ejecución y de las demás manifestaciones de la violencia que su estrategia amplificó.

Y no es que él no sepa del tema o no entienda la gravedad del avance de los cárteles en todo el territorio mexicano, simplemente pasa que esa exposición de los temas es parte de su estrategia de marketing político.

Mil y una vez acusado de utilizar el tema del narcotráfico como arma para legitimarse después de las elecciones del 2006, ahora no sólo lo dicen sus detractores de la izquierda, lo dice también Manuel Espino en entrevista con Proceso (14 de Marzo 2010, No. 1741):

“Cuando él decide declararle la guerra al crimen organizado a mí me da mucho gusto; en el extranjero me jacté de tener un presidente valiente. Pero me equivoqué: di por hecho que tomó la decisión sobre la base de un diagnóstico que, también supuse, había definido entre el 2 de julio –día de la victoria electoral– y el 1 de diciembre –cuando tomó posesión–. Pensé que había dialogado con el gobierno de Estados Unidos y con el de Guatemala, con gobernadores, con alcaldes de las ciudades más importantes del país y con líderes de los sectores más representativos. Me resistí a pensar que el nuevo presidente de México estuviera improvisando una guerra.

Fue simplemente una medida política, ahora lo creo así. Una decisión unilateral, porque no consultó con otros países, con nadie. Fue una decisión personal de Felipe Calderón. Quizá fue una respuesta a la presión que sobre él ejerció el cuestionamiento de su victoria. Una victoria que fue totalmente política.”

Uno de los problemas más graves con este enfoque es que no puede darse el lujo de perder la batalla mediática con el narcotráfico, el señor Calderón necesita éxitos en su guerra para mantener la viabilidad política de su gobierno. Por eso le reclama airadamente a los medios:
"Tenemos un problema de percepción que también hay que trabajar. Claro que si uno ve la prensa nacional, desde luego, de la manta, además que dejan en un pueblo, un recado de fulano para zutano, lo que no tenemos o lo que no nos cuesta a cualquiera de ustedes o al gobierno es pagar una primera plana de varios millones de pesos, eso sí aparece en primera plana y a todo color"2

Ahora el señor Calderón enfrenta otras complicaciones, el asesinato de los dos estudiantes del ITESM campus Monterrey, Jorge Antonio Mercado Alonso y Francisco Javier Arredondo Verdugo, estudiantes de posgrado, en una de las puertas de acceso al campus el viernes 19 de Marzo, ha puesto sobre la mesa uno de los temas más criticados de su estrategia: la actuación del ejército en la "guerra contra el narcotráfico".

Organizaciones de Defensa de los Derechos Humanos han venido advirtiendo y después denunciando sistemáticamente, violaciones a los derechos humanos a civiles por parte de efectivos militares en activo.

En este caso es inocultable, se señaló inmediatamente a los dos jóvenes como sicarios, el Procurador de Justicia del Estado de Nuevo León, con información de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), le aseguró personalmente al
rector del ITESM, Rafael Rangel Sostmann que no había estudiantes afectados.

La situación ha llevado al rector del ITESM a decir, a título personal (Entrevista con Proceso 28 de Marzo del 2010, No. 1743): “Yo, Rafael Rangel, sostengo que, por pura ley de probabilidades, debe haber muchas víctimas en el país que están sufriendo lo mismo que nuestros estudiantes. Los defendimos, pero el problema es que hay muchos a quienes no los defienden y sus crímenes (del ejército) quedan impunes, con un carpetazo, sin la menor investigación."

En la misma entrevista, asegura:

"(El Ejército y las autoridades) están haciendo cosas ilegales; entran al combate al narcotráfico pero haciendo cosas ilegales. Lo ilegal del Estado valida que los ciudadanos actúen en la ilegalidad. ¿Cómo explicar el caso de los estudiantes a los que les quitaron la identidad, los quisieron esconder, los llamaron sicarios, les endilgaron portación de armas, y ahora nadie es responsable?"

Es así de grave la crisis de la legitimidad de la actuación del ejército. Tanto como para cuestionar el estado de derecho.

Pero continúa agravándose la situación, el domingo 21 de Marzo, la prensa nacional cubrió la detención de dos narcomenudistas, identificados como José Humberto Márquez Compeán y Marcelo Adrián Lucio Barajas. La imágenes captaron a los detenidos subiendo a un helicóptero de la Marina rumbo al Hospital Universitario, sin embargo el lunes 22,
José Humberto apareció ejecutado en San Nicolás.

Bajo la custodia oficial este joven fue ejecutado extrajudicialmente, y las dependencias simplemente se apuran a quitarse responsabilidades, la Secretaría de Marina (SEMAR) a
claró que solamente trasladó a los detenidos y que los dejó en custodia de la Policía Municipal del municipio de Santa Catarina y el Jefe de la Policía Municipal no ofrece información al respecto.

Lo grave es que la diferencia entre este caso y las probables decenas, cientos de otros haya sido una fotografía, la evidencia de que habían sido detenidos.

El día lunes 29 de Marzo, en conferencia de prensa,
María, Jaime y Rigoberto Alvarado, campesinos del municipio de Buenaventura anunciaron su denuncia ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) pues acusan que efectivos del 35 Batallón de Infantería, detuvieron el 29 de diciembre del año pasado a tres personas y no los ha presentado.

La prueba en este caso es que la camioneta en que viajaban los detenidos, fue incautada por el ejército y puesta a disposición "en la Agencia Estatal de Investigaciones ubicada en Casas Grandes, donde permaneció varias semanas, según consta en el carpeta de investigación número 5326-000124/2009" 3


En este caso no hay fotografía, los medios electrónicos no están dándole seguimiento puntual a este caso, ¿cuántos más hay así en el país?

Y el señor Calderón, tan preocupado por su imagen, sabe que este es justamente el argumento más fuerte para replantear su estrategia y no está dispuesto a hacerlo.

Por eso no permite la visita del relator
sobre ejecuciones extrajudiciales de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Philip Alston, a quién se le ha venido posponiendo la visita que él ha tratado de programar para venir a México, a constatar la situación sobre los llamados "asesinatos vigilantes", realizados por grupos organizados que actúan fuera de la ley, en los que pueden o no estar involucrados estamentos oficiales.

En respuesta a una pregunta sobre las suspicacias generadas por este hecho, Philip Alston declaró: "Me dijeron que podía hacer una visita en 2011, pero mi mandato acaba en 2010. Usted puede sacar sus propias conclusiones"4

Nosotros sacamos nuestras conclusiones.


Lourdes Lorence Quiñones


Fuentes:

1
Sesión de Preguntas y Respuestas del Presidente Calderón en la Comida de Clausura del XXIV Encuentro Nacional de Vivienda
Miércoles, 24 de Marzo de 2010 | Discurso
http://www.presidencia.gob.mx/prensa/?contenido=54690

2 FCH fustiga a medios que difunden narcomensajes
Jorge Ramos
El Universal
Mérida Yucatán Jueves 25 de Febrero del 2010
http://www.eluniversal.com.mx/notas/661689.html

3 Denuncian ante la CIDH a soldados por capturar a campesinos y no presentarlos

Rubén Villalpando
Periódico La Jornada
Martes 30 de marzo de 2010, p. 8
http://www.jornada.unam.mx/2010/03/30/index.php?section=politica&article=008n1pol

4 Relator sobre ejecuciones extrajudiciales lamenta que México dé largas a su visita

Periódico La Jornada
Miércoles 28 de octubre de 2009, p. 13
http://www.jornada.unam.mx/2009/10/28/index.php?section=politica&article=013n1pol