Tu aliento se convierte en el aire que me rodea
sólo respiro de ti, de tu ritmo agitado
mientras me penetras lento, suave
y yo te sonrío, siento tu cuerpo tibio
el olor de la piel frotándose, húmeda
tu ritmo pausado, disfrutando la entrada
que te han permitido mis piernas abiertas
Somos un cuerpo, un movimiento
el ser platónico, finalmente completo;
una pequeña gota de sudor te abandona
cae sobre mi piel, que la absorbe impaciente
y no alcanza a saciar su sed de ti
te has convertido en el manantial del que bebe
consumo la vida que me regala tu boca
Tus movimientos son más profundos
gemidos, un espasmo, una sensación conocida
unos segundos que contraen mi cuerpo
y grito al tiempo en que alcanzo el orgasmo
pero tú continúas, extasiado en sensaciones
de pronto, el delta de un río desemboca adentro
y descansas sobre mí, mientras te abrazo
Rodeo tus piernas, me convierto en hiedra
mientras tu cuerpo exhausto, yace pesado sobre mí
te recuestas a mi lado y besas mis manos
la piel recibiendo la caricia no me salva del cansancio
resistes el sueño, que intenta en vano cerrar tus ojos
murmuras a mi oído: por favor, no te duermas
pero es tarde, porque duermo
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