viernes, 30 de enero de 2009

Una estudiante mexicana en las FARC

En medio del conflicto Ecuador-Colombia, se desató la discusión de un tema no menos importante para México y que seguramente durante los próximos días y semanas estará dando de qué hablar.


En el campamento de las FARC, ubicado a dos kilómetros de la frontera con Colombia, el día del ataque del ejército colombiano en territorio de Ecuador -violatorio del derecho internacional- con el propósito de asesinar a Luis Edgar Devia, alias “Raúl Reyes”, se encontraban ciudadanos mexicanos, presumiblemente maestros y alumnos de la UNAM.


A los pocos días se supo que una de las tres sobrevivientes es mexicana, Lucía Andrea Morett Álvarez, estudiante de la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, además miembro de la cátedra Libertador Simón Bolívar en esta misma institución. Inmediatamente comenzaron a circular versiones que acusan que ella sería la líder de una célula de apoyo a las FARC que recluta jóvenes para ser entrenados por esta organización, la última versión apunta incluso que ella estaría en Ecuador recibiendo entrenamiento en explosivos.


Me parece por lo menos dudosa esta última versión. “Raúl Reyes” era el vocero de las FARC, encargado además de las delicadas negociaciones sobre la liberación de rehenes; esta es una misión que convertía a su célula en la más pública y por tanto más vulnerable de toda la organización, dudosamente una guerrilla con la experiencia de las FARC se arriesgaría a adiestrar “internacionalistas” en su campamento más expuesto.


El gobierno de Colombia incluso ha apuntado que fue el uso de un aparato de recepción satelital en una conversación del presidente de Venezuela con el jefe guerrillero en el contexto de la última liberación de rehenes, lo que les dio pistas sobre la ubicación del campamento en Ecuador.


El avance de las negociaciones y la liberación de rehenes con la mediación del gobierno de Hugo Chávez estaban desacreditando la postura de Álvaro Uribe respecto a que la única salida del conflicto colombiano se da forzosamente por la vía militar y no por la del diálogo y era “Raúl Reyes” el encargado de operarlas. La guerrilla tenía perfectamente claro que su líder (miembro del Secretariado, máximo órgano de dirección de las FARC) sería objeto de espionaje en esta misión, es inverosímil que se arriesgara una supuesta operación de entrenamiento de civiles extranjeros en guerra de guerrilas o uso de explosivos justo en su campamento más expuesto.


Esta ola de versiones se da dentro de un contexto en el que la UNAM ha sido varias veces señalada de estar en asociación o por lo menos en contacto con organizaciones radicales de izquierda y de permitir la operación de sus misiones dentro de sus propias instalaciones.

La Universidad ya publicó un comunicado en el que rechaza estas versiones y apunta que “una de sus grandes fortalezas radica en la pluralidad y en la concurrencia de todas las posiciones políticas e ideológicas que se manifiestan en el ejercicio legítimo de la libertad de pensamiento y expresión”, que no apoya la violencia en ninguna de sus manifestaciones y que rechaza el uso de estereotipos de los universitarios y que le preocupa que se le relacione con grupos “ajenos al quehacer universitario”.


Hace 4 años, Luis Ignacio Guzmán el embajador de Colombia en México había apuntado que las FARC operaban dentro de la UNAM, esto originó un conflicto que derivó en un comunicado de ambos gobiernos que se disculpaba por las acusaciones a la Universidad y la sustitución del embajador colombiano.


Es grave que se revivan estas acusaciones, es grave también que se haga sin pruebas, sin haber aclarado sí Lucía estaba en el campamento de las FARC a título personal o establecer cuál era el motivo de su estancia.


Mientras tanto, en entrevista con el diario La Jornada, el gobierno de Ecuador, a través del ministro del Interior, Gustavo Larrea expresó que lamenta la muerte del grupo de mexicanos en territorio ecuatoriano, que lo acontecido fue una masacre y rechazó que a las víctimas del bombardeo se les califique de “guerrilleros” sin previa investigación además de que en Ecuador estará asegurado su derecho al debido proceso.


Debemos estar atentos a este asunto, no se puede permitir que se emitan descalificaciones sin sustento y que se desacredite a las personas e instituciones involucradas en el asunto sin una investigación. El gobierno mexicano debe condenar la violación a la soberanía de Ecuador y exigir una investigación seria sobre el asesinato de los mexicanos por parte del ejército colombiano.

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