viernes, 30 de enero de 2009

La resistencia

Condenada y satanizada por la mayoría de los medios de comunicación y sus comentaristas, así comenzó la resistencia pacífica a la que Andrés Manuel López Obrador llamó desde hace semanas, el jueves 10 de abril.


La movilización fue rápida, algunos incluso se llamaron a la sorpresa - como la Presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, que no se cansó de dar entrevistas condenándola- y comenzaron a buscar una sede alterna para continuar con la discusión de la reforma energética.


Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa, los coordinadores de la fracción priísta en la Cámara de Senadores y la de Diputados, respectivamente, operan ya la negociación de una sede alterna para continuar los trabajos de deliberación el día martes como plazo máximo.


Y comenzó rápido el linchamiento. Los noticieros de las cadenas que tienen el duopolio de los medios en México emitieron sus descalificaciones a los métodos de lucha elegidos por el FAP.


El argumento principal es algo así como: las cámaras de diputados y senadores son las depositarias de la democracia mexicana y son el espacio de debate en el que se debe dirimir la controversia respecto a la reforma energética; bloquear la discusión es violentar la democracia.


Qué fácil argumento. No podemos mas que recordar al ex senador Javier Corral Jurado, actual presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI) desgañitándose en la discusión sobre la reforma de medios (la Ley Televisa, pues) en la cámara de senadores mientras sus compañeros y contrapartes del “debate” mandaban mensajes por celular, platicaban, reían y sentenciaban como única respuesta: “no se cambiará ni una coma”.


El espacio del “debate”, pretende dedicar a la discusión -en declaraciones del propio presidente de la Comisión de Energía del Senado, Francisco Labastida Ochoa- dos semanas. Quince días para discutir una reforma que definirá el rumbo de la empresa que sostiene el cuarenta por ciento del presupuesto federal.


El Frente Amplio Progresista pone en la mesa una propuesta puntual: tres meses de discusión y la ampliación de los temas de debate de ocho a doce. Esta propuesta permitiría incluir a todas las voces que tienen algo que decir respecto a esta reforma, también evitaría la discusión superficial y las modificaciones mínimas a una propuesta que ya comienza a develar sus fallas.


Por ejemplo, en entrevista con La Jornada, Víctor Rodríguez Padilla, investigador del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México y especialista en el tema energético adelanta rasgos preocupantes de la reforma. Esta permite crear una red paralela a PEMEX, con injerencia en las áreas de exploración, refinación, transporte, almacenamiento y distribución de gas, que son áreas exclusivas del Gobierno Mexicano.


La reforma no contempla escenarios de ingresos o planeación alguna de cómo impactará en las áreas que mencionaba Felipe Calderón en su anuncio cuando envió la iniciativa a la Cámara de Senadores.


Todos estos elementos deben ser ampliamente discutidos. El análisis serio requiere tiempo y parece que el PAN y el PRI tienen prisa. ¿Qué hubiera pasado si la SCJN no declara contraria a la Constitución la Ley Televisa? ¿Qué tanto podemos arriesgar salidas rápidas a la discusión de esta reforma?


La resistencia tiene condiciones objetivas sobre las cuales estar en las calles. No quiere imponer su voluntad, quieren debate. Debate serio y profundo. Trivializar la protesta, llamarlos minoría irreflexiva es una irresponsabilidad.

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